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Bicicletas de Ciclocross – Olvídate del asfalto
El Ciclocross es una forma de entrenamiento y competición en el que se realizan cierto número de vueltas a través de una pista que contiene una variedad de superficies, incluyendo césped y barro, así como secciones técnicas y obstáculos. Las bicicletas de ciclocross se asemejan a las bicicletas de carretera, pero cuentan con unas cubiertas más amplias y con un dibujo más agresivo para obtener un mejor agarre. La geometría del cuadro es también un poco diferente, con un tubo superior más corto para un posicionamiento más erguido y un eje pedalier más alto para facilitar la conducción a través de los obstáculos. Las bicicletas de Gravel, son una mezcla entre una bicicleta de carretera y una de ciclocross. Como su nombre lo indica, son ideales para los caminos de grava y tierra, y ofrecen un posicionamiento cómodo y eficaz.

Bicicletas Ciclocross

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Bicicletas ciclocross – la modadidad de ciclismo para todos

Las disciplinas de ciclismo de campo a través gozan cada vez de mayor prestigio por parte de los deportistas. Esto se ve reflejado claramente en el aumento de la demanda de las bicicletas de ciclocross, una de las disciplinas con mayor cantidad de seguidores actualmente. Aquí queremos hablarte de sus características, sus usos y sus principales diferencias con las bicicletas de gravel.

Características de las bicicletas de ciclocross

bicicletas ciclocross

Las bicicletas de ciclocross, una disciplina a la que también se suele denominar CX, son estrictamente de competición, lo que queda patente en su diseño. De hecho, a simple vista, es difícil diferenciar una de estas bicis de una de carretera ya que equipan cuadros de aluminio o fibra de carbono y manillares muy similares.

Sin duda, una de las características que definen a las bicis de ciclocross se encuentra en las ruedas. Y es que, habitualmente, estas bicicletas montan cubiertas de 33 mm de anchura y 28 pulgadas. Sin embargo, dentro del mundo de la competición, es posible ver ruedas con anchos de hasta 42 mm. ¿El objetivo? Brindar una mayor superficie de contacto con el asfalto y, con ello, una mejor tracción y una maniobrabilidad más sencilla.

Por otro lado, estas bicicletas, por norma general, montan frenos de disco, si bien es cierto que los modelos más antiguos solían equipar frenos cantiléver. Sin embargo, estos ofrecían unas prestaciones muy inferiores sobre terrenos embarrados y plagados de irregularidades.

Finalmente, la última característica que marca la configuración de las bicis de ciclocross está en el sistema de transmisión. Y es que estas bicis son monoplato, es decir, montan un único plato de tamaño medio-alto junto a un juego de piñones.

¿Para qué se usan las bicicletas de ciclocross?

La configuración de las bicicletas de ciclocross comentada anteriormente tiene un propósito claro: brindar las condiciones óptimas para competir en circuitos cerrados de esta disciplina. Generalmente, estos tienen entre 2,5 y 3,5 km de longitud, aunque hay modalidades en las que se compite por tiempo.

Estos circuitos, generalmente, son artificiales y están plagados de obstáculos que el ciclista debe evitar gracias a sus reflejos y su habilidad. Este es el motivo por el que estas bicis ofrecen una maniobrabilidad excelente. Sin embargo, en muchos casos, dichos obstáculos son tan exigentes que deben atravesarse a pie.

Pero, además, dentro de estos circuitos se alternan zonas de grava, asfalto y pavimento firme con tramos de barro, arena y tablones de madera. Incluso, en algunas competiciones, se incluyen tramos de escaleras. Los senderos suelen ser llanos y repletos de curvas. Esto hace obligatorio que las bicicletas de ciclocross cuenten con una geometría del cuadro muy definida y que cuenten con una adecuada distancia entre ejes.

Diferencias entre bicicletas de ciclocross y bicicletas de gravel

Las bicicletas de gravel, al contrario que las de ciclocross, no están enfocadas a la competición pura y dura, sino a recorrer largas distancias por senderos de montaña. De hecho, aunque a simple vista poseen una configuración parecida y bastante similar a la de las bicicletas de carretera, hay notables diferencias. La primera de ellas es que las bicis de gravel poseen una distancia entre ejes muy superior a las de ciclocross y un eje de pedalier mucho más bajo.

Además, las bicis de gravel montan cubiertas con un ancho muy similar al de las mountain bikes y cuentan con un taqueado más marcado que el de las de ciclocross. Además, es posible encontrar modelos con sistemas de transmisión de más de un plato.

Por su lado, al no ser bicicletas de competición, las bicicletas de gravel están preparadas para llevar portabidones, guardabarros y portabultos, mientras que las de ciclocross no. Además, no existe una gama baja de bicicletas de ciclocross, pero sí de gravel. Estas se caracterizan por equipar cuadros de acero y materiales de escasas prestaciones similares.

En definitiva, las bicicletas de ciclocross tienen un propósito muy marcado y bien definido, que no es otro que el de competir en circuitos de montaña marcados por los virajes y los cambios de terreno entre grava, barro y asfalto. En cambio, las gravel, al no estar pensadas para el mundo de la competición, son mucho más versátiles y tienen la capacidad de adaptarse a una mayor variedad de terrenos, pero no poseen unas características tan agresivas ni tan enfocadas a la maniobrabilidad.