Bell es probablemente el fabricante líder mundial de cascos de bicicleta más famoso y goza de una reputación legendaria. La empresa fue pionera en la fabricación de prendas de seguridad para deportes de velocidad. Creada en 1923 por George Wight, empezó siendo un almacén pequeño de piezas de coches en un suburbio de Los Ángeles. Pero poco a poco, Roy Richter convirtió a Bell en líder en equipamiento de seguridad para competiciones de automóvil, motociclismo y ciclismo y pasó de ser un negocio unipersonal a un imperio multimillonario.
Medallistas olímpicos y campeones mundiales de los últimos 30 años han usado probablemente más veces un casco BELL que el resto de marcas. Ésta es una señal de la calidad superior y exigente que tienen los cascos de esta marca. En 2007, la BPSA (asociación de fabricantes de piezas para bicicleta) nombró a Bell como mejor empresa americana del sector. Lo que ya a principios de 1950 empezó como un pequeño negocio de piezas de automóviles con una sola persona al frente, se ha convertido hoy en día en uno de los líderes del mercado en el sector del equipamiento deportivo.
Mucho se ha escrito ya sobre la seguridad que proporciona un casco al montar en bicicleta y, aunque en la mayoría de ciudades y países el uso del casco en la ciudad no es obligatorio, sí lo es para la práctica de algunas modalidades de ciclismo, como en BMX o MTB Downhill. Naturalmente, se recomienda en salidas interubanas y para los más pequeños se convierte en un elemento imprescindible por su falta de experiencia y las terribles consecuencias que puede acarrear una caída accidental.
Los elementos de seguridad básicos de un casco para ciclismo es que debe fijarse en la cabeza y no moverse. Bien sujeto bajo el mentón, debe cubrir la parte superior de la cabeza hasta la mitad de la frente, justo sobre las cejas. Otra característica es la necesidad de ventilación. A diferencia del motociclismo o el automovilismo, en el ciclismo se realiza un esfuerzo físico constante, por lo que se necesita evitar la acumulación de calor y sudor. Un casco Bell para ciclismo, aunque sea integral, permitirá la ventilación de la cabeza.
Dependiendo del tipo de modelo, los cascos estarán fabricados con diferentes materiales, pero la inmensa mayoría de los cascos para bicicleta están realizados en poliestireno, material que con el tiempo modifica sus propiedades, por lo que es necesario cambiar de casco cada cinco años aunque no se haya sufrido ninguna caída o golpe importante.
Para una seguridad máxima, también existen los cascos Bell integrales. Similares a los cascos de moto, cubren totalmente la cabeza, de una forma integral, como su propio nombre indica. Están indicados para ciclismo extremo, tanto en BMX como en Downhill donde también se suelen utilizar otros tipos de protecciones como rodilleras y petos protectores. La diferencia con los protectores para motos es que la ventilación es mayor y la visera, aunque presente y muy amplia, no suele cerrarse.
Además, disponemos de una amplia selección de cascos para niños, adecuados a cada una de las diferentes modalidades de ciclismo.
